PERTURBACIÓN SEXUAL POR BRUJERIA. CAPITULO XVI DEL LIBRO: BRUJERIA AL DESCUBIERTO EN LA IGLESIA.
PERTURBACIÓN SEXUAL POR BRUJERIA.
La perturbación de una persona por otra, llegándose a obsesionar por tenerla sexualmente, no sintiendo placer al estar con otra persona que no sea la que está en su mente, aunque pueda obtener una erección normal, en el caso del hombre o una lubricación de sus partes genitales en la mujer, de tal forma que todo parece indicar que habrá un orgasmo en la persona que está afectada y al final existe imposibilidad de lograr la satisfacción, a pesar de que se cumplieron las manifestaciones de excitación y estimulación necesaria; aún en el caso de haber llegado a eyacular o al orgasmo, no existiendo placer con la persona que se está físicamente y se está pensando en determinada persona para poder sentir satisfacción, es obra de brujería.
Existe un buen porcentaje de casos que nada tiene que ver con brujería y sus complicaciones o falta de satisfacción, se deben a causas médicas o de perturbación sexual o traumas sexuales sufridos, que no es el tema expuesto en este capítulo referido estrictamente a la brujería. ¿Como sabrá la persona cual de estas causas es la que sucede en su vida? Si es cristiana entregada a Dios, el Espíritu Santo le revelará enseguida.
Sí todavía no se ha entregado a Jesucristo, puede buscar a un Ministro de Dios con dones de liberación, visiones, discernimiento espiritual o de consejería espiritual, que le ayudará a orientarla. Le recomiendo esto antes de gastar en médico o psicólogo o siquiatra.
Las obras de brujería, para este alcance sexual efectivo a conveniencia de la personas que lo quieren, principalmente mujeres, pero también hombres, es trabajada por brujos y brujas con orgías sexuales, oraciones de puro con todas las participantes mujeres desnudas, invocación de espíritus, perfumes, anillos, pulseras, bebidas, comidas, fotografías con desnudos preferiblemente, muñecos con alfileres, objetos de la persona trabajada y la dueña del trabajito para realizar amarres de amor, ataduras lazos, si es posible ropa interior, películas pornográficas, masturbaciones con objetos, candelas o muñecos con el nombre de la persona mencionando continuamente ese nombre y pidiendo al diablo que se lo entregue y atándolo a la persona.
Las personas hacen sexo con el brujo o la bruja u otra persona que la interesada lleva y en medio del ritual de brujería (Todavía no es estrictamente ritual satánico, lo es en parte porque Satanás actúa a través de su principado de brujería, utilizando obras de brujería, brujos y brujas para el fin propuesto) realizan el acto sexual repitiendo el nombre de la persona para que dormida tenga sueños sexuales tentándolo a caer, volver o mientras se está despierto atraer pensamientos de deseo sexual. Si está dormido trasladar su espíritu donde la persona para tener sexo y esa persona tiene un sexo real con ese hombre o mujer que lo está trabajando.
Antes de entregar mi vida a Cristo fui trasladado muchas veces a encuentros sexuales con mujeres, pero hasta ahora entiendo lo sucedido, estaba bajo brujería. También lo espíritus se trasladaban donde mí, durante mis sueños, teniendo lo que los sicólogos ingenuamente llaman sueños eróticos desde su punto de vista médico, que no es más que el sexo con demonios que te hacen creer y disfrutar como si estuvieras con alguien agradable, pero son demonios inmundos deformes y hediondos, llegando hombres y mujeres a tener los llamados sueños mojados o húmedos.
Como siervo de Dios, fui trasladado una vez al lugar de una bruja fuerte que quería poseerme de nuevo, (bruja o brujo le llama el Señor a todo aquel que de una manera u otra participa en actos o rituales de brujería, de forma directa o indirecta) el señor permitió que mi espíritu viajara al lugar donde muchos años antes había vivido, para mostrarme el poder de la brujería, pero el Espíritu Santo no permitió la realización sexual. Fue un traslado real, vívido, aún está fresco en mi mente.
Debido a que mi vida fue de inmundicia, sometido a la lujuria, de la que Jesús me liberó, muchas mujeres hicieron brujería para todo tipo de objetivos, pero el tratado aquí es el de perturbación sexual por brujería.
Cuando Jehová Rafá, que fue como se me identificó el Señor, me habló por primera vez, me ungió como su siervo, me fue haciendo revelaciones, desde mis antepasados, de mi vida, de la gente que me rodea, del mal que me hicieron, de todas las obras de maldad y de muerte, sobre mi trabajo, mis bienes, mis finanzas y mi matrimonio.
Pasé por un proceso continuo, y sigo hasta hoy, en el nombre de Jesús, de quebrantamientos de maldiciones de todo tipo, deshaciendo obras de brujería, ataduras, lazos, sacando alfileres de fotos, de muñecos, deshaciendo amarres con ropa íntima, destruyendo rituales de sangre y orgías, oraciones de puro, macumbas, rituales sobre mi anillo de matrimonio que ingenuamente le presté a una bruja sin saber que era para causar daño a mi esposa y lo consiguió porque todavía no conocía a Jesús.
A esta última bruja, llegué a idolatrarla y a tener perturbaciones sexuales en todo momento, llegando continuamente a la masturbación por ella, aún teniendo mi esposa y si estaba con mi esposa, la pensaba a ella. Hacía ayunos para entregar ese adulterio, para borrar esa imagen sexual en mi mente, pero estaba bien atado. Día y noche era esa perturbación, un ansia de sexo desmedida por esa mujer adúltera, aún un tiempo después de dejar entrar a Jesús en mi corazón, hasta que me liberó totalmente.
Fue una gran batalla, era y es todavía brujería fuerte, pero ahora con una diferencia: mi esposa y yo sabemos que la están haciendo y no nos pueden tocar, batallamos a diario deshaciendo y atando la mente, conscientes y subconscientes de todos los brujos y brujas que me quieren ver volver al mundo, pero no lo conseguirán.
En nuestro Ministerio durante una consejería, en uno de tanto casos, una hermana cristiana, confesaba que había practicado brujería con candelas encendidas al revés, poniendo el nombre de ella y del hombre a quien quería e inmediatamente en el término de la distancia ese hombre estaba en su casa. Así pasó mucho tiempo, al entregarse ella a la vida cristiana, decidió terminar con este hombre que no era el de ella, pero él, la seguía buscando, a pesar de rechazarlo siempre.
La obra de brujería con candelas todavía estaba activa y los decretos legales que ella dictó sobre ese hombre estaban vigentes. Se rompieron y deshicieron mediante la oración al Padre Celestial en el nombre de Jesús.
Existen muchos casos dentro de la iglesia cristiana que por temor a que salgan a luz quedan ocultos en las personas y Satanás tendrá siempre derecho legal sobre ellos por grandes siervos de Dios que sean, aunque el señor los utilice de forma maravillosa, aunque tengan ganado el Reino de los Cielos, aquí en la tierra vivirán como ellos quieren vivir y no como el Señor quieren que vivan.
Mi esposa y yo conocimos el caso de un pastor, que en su juventud antes de servir a Dios fue embrujado por la novia con un perfume, la misma madre de este pastor que había practicado alta brujería le dijo que ese perfume estaba trabajado, pero él, era joven y no le importó, terminó casándose con esa mujer. Su vida aunque al servicio del Señor, en el matrimonio no ha sido nada agradable. Ahora recuerda ministrado por el Espíritu Santo de Dios como se desesperaba por ir a ver a esa mujer cuando se perfumaba.
Después de muchos años todavía sufría sin saber porqué, cuando su esposa salía sin decir a donde, ni con quien y él se quedaba llorando clamándole al Señor. El Señor le reveló lo que había sucedido en su matrimonio, las brujerías, mentiras, adulterios de que era víctima, pero él, prefirió seguir así, viviendo como el quiere vivir y como su esposa quiere que viva. Su congregación es grande. A Dios oramos todo los días por él, deshaciendo ataduras de brujería, vendas, amarres y muñecos que continuamente le hacen, atando la mente de su esposa para que cese de hacer el mal, se arrepienta y pueda tener salvación.
A los siervos del Altísimo que han tenido contacto con el mundo espiritual, conociendo del poder de Dios se les hace difícil creer que la maldad está muy cerca, a veces en su mismo cónyuge, ignorando la palabra que dice: “No creáis en amigo, ni confiéis en príncipe; de la que duerme a tu lado cuídate, no abras tu boca.” Miqueas 7:5.
Cuando la ayuda idónea está fallando y quiere destruir la obra de Jehová, se debe tener cuidado y más si sabemos que hemos acumulado en ella resentimientos hasta el punto de querer nuestra muerte. La palabra no es en balde. Ese tipo de hechos está sucediendo tanto al converso como al inconverso. Pero si el hombre espiritual viendo y sintiendo no cree en la palabra, en la profecía, menos el hombre natural. Jesús dijo que la palabra se cumpliría, cielo y tierra pasaran, pero su palabra no pasará.
Se puede despreciar, rechazar, odiar a una persona, ni siquiera pasar por la mente tener relaciones con ella, pero cuando hay brujería de por medio las cosas cambian y muchos casos existen de personas que se repelían, repudiaban y de pronto se juntaron, existen casos que aún sin amor se casaron porque uno de ellos le hizo brujería al otro para atar su mente a su voluntad en un amarre de amor.
En nuestro Ministerio Dios levantó una profeta niña de catorce años con muchos dones y poder de profecía, al tiempo ella se alejó del Ministerio y un día regresó contando que el esposo de la muchacha que vivía en su casa a quien ella rechazaba cada vez que la cortejaba y hasta le desagradaba, de pronto le estaba atrayendo, ya no sentía rechazo más bien le agradaba sin entender ella lo que pasaba, durante la oración el Espíritu Santo le mostró un vaso de bebida que él le dio donde iba la brujería.
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